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La "Piedra" de las cenizas tras muchos años de estudio y de trabajo |
Al calcinar un árbol, nutrido de Nitrógeno, eso es, el espíritu universal, fijamos en las cenizas el espíritu mismo. Queda muerto, inactivo podríamos llamarlo, es nuestro oro en potencia viviente que solo necesita del auxilio del Espíritu del aire, y entonces revivirá al incorporarse este y licuarse en agua aceitosa. Este es el fenómeno de la higroscopia o delicuescencia cuando se expone la sal de las cenizas al aire, en la noche apropiada.
A estas alturas, para muchos alquimistas, Cyliani trabajó con Cenizas – yo no soy de esta idea – porque la pregunta que uno se hace al leer su obra y reparar cuando señala la Urna con las dos naturalezas metálicas es ¿qué cosa va en una urna que no sean cenizas? Pero sin entrar en controversia, en el texto El tratado del Fuego y de la Sal, obra reconocida por el propio Cyliani, nos habla de que la sal es la manifestación física del fuego.
"La sal no es otra cosa que un Agua Congelada por la agudeza del fuego impreso allí" (Blaise de Vigeneré)
Y si buscamos un fuego para nuestra vida debemos ir a la sal, que es un agua coagulada por un fuego donde quedó la semilla del fuego apresada. Y dice el autor citado que el fuego está en todos lados, en las escrituras de Dios, en los ángeles , los carros y ruedas de fuego, ríos, hombres, todo es fuego. Y los cuerpos celestes no son otra cosa que luces llameantes. Entonces el autor declara que el fuego es el Sol, y el Sol es la Sal.
El espíritu del mundo es una deyección del Sol mismo y se fija en esta maravillosa sal extraída de las cenizas.
Y se la llama Andrógino: porque es fija y volátil a la vez. En la sequedad es fija y dura como una Piedra. En la humedad es acuosa y líquida como un mercurio. Por eso en el Aurora Consurgens vemos esto:
Y en otra lámina, a este hombre con la llave en la mano, pero si se fijan detrás, ¿acaso no es un árbol con una corona?
La corona que solo los reyes disponen. Y el Rey es el Oro, y entonces el oro está en el árbol, precisamente en sus cenizas.
Y sí, es un álcali, y a la vez un puro fuego. Y como el fuego ha sido el motor de la vida, donde Vulcano revela a los egipcios el fuego a través del rayo que cae en un árbol, podríamos decir que el rayo trajo el fuego a las tierras de los mortales y bajó del cielo mismo. Esa sal, fuego en potencia, necesita ser liberada para darlo todo, nos dicen los maestros.
En este libro hacemos el intento de liberarla. Porque como dice un maestro amigo, “todo es fuego que cambia de forma, obtienes un fuego y los obtienes a todos” Pero ¿es la piedra filosofal?
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