Hace tiempo que vengo estudiando las cenizas, el carbón, y cómo, de manera directa o indirecta, a través de relatos y testimonios, se involu...

El ORO POTABLE de nuestros antepasados




Hace tiempo que vengo estudiando las cenizas, el carbón, y cómo, de manera directa o indirecta, a través de relatos y testimonios, se involucran estas materias para preparar medicinas fabulosas. Incluso más: en la Cadena Dorada de Homero, se menciona que el carbón cayendo por accidente en el tártaro o nitro fundido, se lo consideró un auténtico oro potable por sus virtudes curativas. 

Habrá quien lo crea. Sobre todo, porque también se menciona una preparación en Las memorias Póstumas de Grimaldy y podríamos decir que es el tan mentado estomacal de Poterius que mantuvo en el más absoluto secreto. 

Si bien el trabajo con carbones o cenizas puede ser útil en algún tipo de medicina, sabemos no obstante, que ni por asomo se aproxima a la Piedra Filosofal, cuyo componente esencial son sales metálicas.  Y sobre el Oro potable, bueno, es una receta más entre docenas que existen.

No viene de más mencionar algo sobre las sales. 

Las sales tártaro, las de sodio, como la sal marina, la sal amoniacal, son todas sales que abren, disuelven o elevan compuestos, pero de ninguna manera son parte de la Piedra Filosofal. Como dice Kerckring: son las llaves que abren los tesoros de la naturaleza pero no son en si mismos tesoros. 

Por lo demás, saber la materia donde descansan los trabajos para la Piedra, nos puede dirigir, por lecturas como la Cadena Dorada de Homero, a la utilización del carbón o el nitro. Sobre todo, si sabemos que es el Dragón nuestra materia, pero que tiene doble significado: por un lado, designa a nuestro Sujeto mineral, y por otro, al morador de cuevas designado en varias ilustraciones alquímicas: el salitre o nitro. 

A la izquierda lo vemos echar fuego al dragón, morador de cuevas, igual que donde obtenemos el salitre.


Esta materia, según diversos textos, nace en lugares fríos y oscuros consecuencia de la aparición del espíritu universal. Al respecto de esto es muy esclarecer leer a Nicolas Valois en sus Cinco Libros cuando menciona que dicho cuerpo blanco puede aparecer sobre la mismísima tierra. 

 “Este vapor es congelado por el aire en cierto cuerpo blanco, algunas veces mezclado con la grasa de la tierra, o a veces también visible en lo lugares donde puede adherirse.” 

Esto mismo lo hemos registrado en un viaje a cierta provincia argentina, donde observamos en la tierra misma esta manifestación, que al principio pensamos se trataba de nieve, pero caprichosamente esparcida en el terreno. Recogí un poco, y era nitro. 



El paralelo al examinar láminas alquímicas, como la más famosa de todas de la Naturaleza en donde el alquimista debe seguirla, es muy curioso. Observamos también el suelo blanco donde camina la naturaleza y atrás el alquimista con el candelabro observando sus huellas. 



En el texto conocido como Ludus Puerorum nos habla de que la materia la encuentran los niños en las murallas y que no haya dudas que es el salitre. En el texto de El libro de los secretos, encontramos más referencias: 

“El triple juego de los niños debe preceder al trabajo de las mujeres. Pues los niños juegan a tres cosas. En primer lugar en las viejas murallas, en segundo lugar con la orina y, en tercer lugar, con los carbones. El primer juego procura la materia de la Piedra. El segundo juego aumenta el alma. El tercer juego prepara el juego para la vida. En efecto, de la flor de la sangre se hace el salitre por el primer juego de niños, y una vez realizado sólo queda animarlo y disolverlo repetidas veces en el agua con su compañero por otros dos juegos infantiles, necesarios hasta el tercer calor de nuestro Elixir en la obra de las mujeres, que no es otro sino cocer. Que el que pueda comprender comprenda. Además, en nuestra Piedra, la que buscaron todos los Filósofos, se encuentran los primeros elementos de los minerales, y la tintura, la cal, y el alma, el espíritu, y el cuerpo, el fijo y el volátil, el Mercurio, pero no cualquier mercurio, sino aquel alrededor del cual la naturaleza comienza sus primeras operaciones por las cuales determina la naturaleza metálica, pero dejando la cosa imperfecta. Si has extraído esta cosa de dónde se encuentra, por ella habrás comenzado el trabajo, empezando por aquello que la naturaleza había dejado imperfecto, encontrando una cosa perfecta, y te regocijarás por ello, como dijo el rey Geber. Esta cosa de la que se extrae la piedra, la poseen tanto los pobres como los ricos. Es Obra de mujeres y juego de niños, y la piedra es su flor.” 

Suficiente para seducirnos con esta materia.

Lo importante a remarcar es que esta materia da lugar a nuestro agua ardiente o , simplemente, nuestro agua. Es el agua del mar de los sabios (nacida del aire) porque es el salitre el Mercurio que deberá unirse al azufre. Al menos, en los conceptos alquímicos propiamente dichos. 
 
El azufre siempre se dijo que se podía extraer del Sol, del oro. Pero en La Cadena Dorada de Homero se menciona que, una vez por error un trozo de carbón cayó en el nitro fundido y se confundió con el Oro Potable, por su enorme valor medicinal, como si hubiera sido extraído de los mismísimos cielos. 

Esta notable cualidad medicinal de tan largo alcance hizo que el alquimista Poterius haya ocultado la fórmula para su famoso estomacal donde utilizaba también Carbón y Nitro y que, como mencionábamos, en Las memorias de Grimaldy encontramos su referencia. 

El Nitro, como vimos, representaría nuestro Agua y nuestro Mercurio, al volverse fluido bajo el fuego. El Carbón mantiene en sus entrañas el Sol, el oro filosófico. Se dijo siempre que el oro común lo tenía, pero que había un cuerpo despreciable, que manchaba los dedos, que tenía el mismo grado de virtud que el oro común, solo que su proceso era mucho más sencillo que cualquier otro para extraer su azufre. 

Revisemos la experiencia y saquemos conclusiones. 


EL METODO PROPUESTO POR DIVERSOS TEXTOS 
 
Se coloca el nitrato de potasio y se licua mediante calor en una vasija. Cuando se vuelve un caldo transparente (la transparencia depende de la pureza del nitro) se echa dentro trozos de carbón hasta que no detone más el nitro, que lanzará chispazos y explosiones interesantes de ver. 



Cuando acaba la reacción y vuelve a quedar como caldo de color verdoso, se sigue echando carbón hasta adquirir el color verde esmeralda. 




Una vez logrado se deja enfriar o se vuelca en un mortero para pulverizar. Al enfriarse la materia verde se pondrá color cielo (celeste). 




Una vez en este estado es necesario echarle encima espíritu de vino y se pondrá al cabo de días, bajo un régimen de fuego de 50 grados de calor, de una tonalidad dorada, idéntica a la orina o al oro disuelto por agua regia. 



En este estado, se congela para que el nitro cristalice en agujas, cosa que hará en el frío, y separamos el licor dorado de las agujas nitrosas. 



Lo volvemos a repetir 1 o 2 veces más asegurándonos que ninguna aguja quede presente en la solución. Y ahí tenemos nuestro fabuloso Oro Potable extraído del carbón mismo. 

Este Oro Potable lo probé durante varios días, no me aportó nada significativo, no fue diaforético, ni me dio vigor o renovadas energías. Creo que no hay mucha diferencia entre este “Oro Potable” y la tintura de tártaro propuesta por Glaser. 

Aquí algunas láminas que podrían hablar de esto mismo realizado:





 
EL METODO UNICAMENTE CON ROBLE 

Debo decir que todavía no lo experimenté para saber si hay un cambio sustancial en la “Medicina” preparada de esta manera, pero el método es análogo al anterior. 

La clave siempre es el carbón. 

El carbón es la materia andrógina: tiene por un lado su álcali en las cenizas y luego su ácido en el propio carbón. Esto ha hecho decir y dibujar a los alquimistas al andrógino como una materia doble y se habló en diversos textos de la lucha del álcali con el ácido como la clave principal de la operatoria para la Medicina Universal. 


Por otro lado, los arboles los encontramos repartidos en muchas láminas alquímicas de indudable valor, como esta de Splendor Solis, donde está claramente aludido el Roble.



La idea es extraer de las cenizas, por lixiviación, las sales. Calcinar una fracción en crisol cerrado y otra en crisol abierto. Una quedará negra (la del cerrado) y la otra blanca como la nieve. 

La sal blanca la licuamos a más de 1000 grados de calor y cuando se volvió un caldo transparente, le echamos la porción carbonizada. El efecto será similar, si nos guiamos de la Cadena Dorada de Homero, a lo efectuado con nitro y carbón. 

Al final, se extrae el producto con alcohol de uva rectificado y tendremos el Oro Potable líquido que la tradición tanto ensalzó pero que no le encontré ningún atributo de mérito por el momento.

En unos meses lanzaré el libro definitivo sobre el Oro Potable, donde comento las tradiciones, las recetas más populares, y las ignoradas y ocultas, pero sobre todo, la que sirve a nuestros propósitos medicinales.