La fabula de Cyliani en su Hermes Desvelado

Recuerdo que, durante mucho tiempo, en el antiguo foro de Rubellus Petrinus, se conversĂł largamente sobre la fábula de Cyliani. SegĂşn mi amigo Mejnour, los trabajos presentados en Hermes Desvelados, pueden mirarse de dos maneras: una vĂ­a netamente mineral, con el DragĂłn de protagonista, o una vĂ­a enteramente con cenizas de roble. 

Si me preguntan a mi, creo que Cyliani mismo nos revela que hace cuando ataca al dragón con un producto que le deja la ninfa celeste (que le permite abrir la cerradura) y una lanza al rojo vivo. Es el combato milenario del Dragón con el caballero. No quedan dudas. La preparación del regulus. Por eso dice que es peligroso, que lo es, y que necesita este trabajo de Hércules (metalúrgico) para vencer al Dragón.


 
Pero si hubiera dudas, nos dice el propio Cyliani, cuando entra al Templo y se encuentra con los dos vasos de cristal, uno con forma de urna: 

 “rematado con una corona de oro con 4 florines; encima estaba escrito en letras grabadas: materia que contiene las dos naturalezas metálicas” 

Y el otro de cristal al esmeril, con la leyenda: 

“EspĂ­ritu astral o espĂ­ritu ardiente que es una deyecciĂłn de la estrella polar. Este vaso estaba rematado por una corona de plata ornada de 9 estrellas brillantes”. 

Pues presten atenciĂłn a los 4 florines de oro, y a las 9 estrellas de plata. No es otra cosa que la alegorĂ­a del sol y la luna. Y el 4 y el 9 son las proporciones exactas, para el entendido que haya leĂ­do mi libro Los Secretos del DragĂłn (o que domine la vĂ­a seca) de las materias minerales que intervienen. 
 
Lo podemos ver reflejado en el dibujo de Flamel: 



Creo que es suficientemente transparente para acabar con la discusiĂłn. Cyliani nos ofrece hasta las proporciones, y la alegorĂ­a de la lucha con el dragĂłn nos señala el curso de la operaciĂłn metalĂşrgica. ¿Falta añadir algo más?.

SĂ­, que posterior a este trabajo deja de lados los fuegos, hornos, y se dedica a usar el fuego del cielo ("Guárdate de servirte de otro fuego que el del cielo", Cyliani ) como bien explica tambiĂ©n Suchten.

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