La transmutación de los metales como la plata utilizando el Aguila



Este procedimiento, vale comentarlo, sólo funciona con el caput del régulo marcial de antimonio. El caput está integrado, como vimos en mi libro Los Frutos de la Montaña de los Filósofos, de mayormente siderita y pirita, es decir, sulfuros y carbonatos de hierro, además de participar de antimonio por supuesto. 

Es donde dice Suchten que se encuentra un gran misterio. Quizá se refiera a lo que encontramos en el libro “Coelum Philosophorum”, un opúsculo supuestamente de Cremer, que fue traducido por primera vez en 1787 por nada menos que Sigismund Bacstrom. 

Y dice esto, presten mucha atención: 

 “…USO DE ESTA ESCORIA Machaca la escoria a polvo fino en un mortero de hierro y pésala [si dejas que atraiga el aire se volverá un polvo negro y seco en 2 ó 3 días]. Machaca esta escoria junto con un peso igual de sal ammoniac, moliendo con cuidado, pon la mezcla en un matraz de cristal de boca ancha, sellándola por todas partes para que el cristal pueda resistir un calor fuerte. Entonces coloca el matraz en un pote de arena dentro de un horno de carbón, aplica gradualmente y hasta el final un calor fuerte, de modo que la escoria y la sal ammoniac puedan fundirse juntas en el matraz de cristal, que cubrirás con un trozo de teja fina o con la tapa de un crisol. Durante esta fusión de la mezcla, la sal ammoniac sube encima de la escoria y forma una corteza blanca, y esto se llama sublimar o volatilizar la sal ammoniac de la escoria. Sácala como buenamente puedas, machaca las dos sustancias juntas, y fúndelas otra vez como antes, deja que se enfríen, y encontrarás la sal ammoniac sublimada en lo alto de la escoria; como antes, mezcla y machaca a polvo las sustancias otra vez, y sublímala una tercera vez. Este proceso debe repetirse, añadiendo la 4ª, 5ª y 6ª vez, un poco más de sal ammoniac nueva, hasta que la escoria esté íntimamente unida con la sal ammoniac, que aparecerá con un fino color rojo…” 

El resultado es algo semejante a esto: 

 


A medida que se hacen más sublimaciones, el color que irá adquiriendo será mucho más intenso. Ese sublimado se une con plata y se logra transmutar en oro, como sigue declarando dicho autor: 

“…USO DE ESTA ESCORIA SUBLIMADA Y SUTILIZADA CON PLATA 
Esta escoria contiene el azufre del hierro y del antimonio. Toma plata fina en láminas delgadas, estratifícala con la mencionada escoria sublimada S.S.S. (Stratum Super Stratum) en un crisol, coloca la tapa y séllalo; cimenta durante 3 días y noches, comenzando con un fuego moderado por todos los alrededores del crisol, que irás acercando gradualmente al fuego, más y más cerca de 6 en 6 horas, hasta que las últimas 12 horas el crisol esté al rojo apagado. Espera a que se enfríe, disuelve la plata con agua fuerte, y podrás comprobar cuánta plata se ha transmutado en oro gracias al oro espiritual del hierro y del antimonio. Marte por sí mismo no puede hacer más, pero si tomas el oro espiritual, puedes proceder con él exactamente igual como le hemos dicho en la Primera Sección del Oro. Esto no es ninguna especulación, sino una verdadera realidad. Si añades cobre al hierro, el efecto es mucho mayor; procede como sigue…” 




Pero parece ser que conviene añadir cobre cuando se hace el régulo de antimonio. Esto daría mucho más rendimiento, como declara el autor:

"RÉGULO MARCIIAL DE ANTIIMONIIO Y VENUS 
Toma ½ libra de hierro, ¼ de libra de buen cobre, hazlos enrojecer a un calor al rojo vivo en un crisol, luego proyecta 1 ½ libras de buen antimonio en polvo grueso previamente calentado. Deja que las sustancias fluyan bien juntas, y añade en 3 ó 4 veces 5 ó 6 onzas de fundente en polvo compuesto de nitro y de tártaro, previamente bien calentados; deja entonces que se fundan como agua y saca la mezcla intensamente caliente aumentando el calor durante unos minutos por el fuelle, y en ese momento vacía el antimonio en el cono bien caliente y engrasado, y deja que se enfríe. Cuando esté suficientemente frío, separa el régulo antimonial de Marte y Venus de la escoria; machaca la escoria a polvo y saca la sal hirviendo la escoria con agua. Filtra el agua y coagúlala en sal. Esta sal es muy útil para la cimentación de la plata. Ahora debes secar la escoria lixiviada y mezclarla con un peso igual de sal ammoniac. Pon la mezcla en un matraz de cristal articulado amplio, cúbrelo con un alambique, ciérralo mientras que secas la humedad. Pon el matraz en arena caliente y aumenta el fuego gradualmente, hasta que la mixtura fluya como la pez, aumenta el fuego hasta que la sal ammoniac sublime por encima de la escoria. Esta sublimación con la sal ammoniac debe reiterarse 5 ó 6 veces, como te he enseñado antes, hasta que la masa suba con la sal ammoniac de un color rojo fino. Si pulverizas esta escoria sublimada y la estratificas con igual peso de plata fina y la cimentas por un fuego graduado, encontrarás en cada marco (20) de plata ½ onza de oro y 1 onza más de plata. [No pienso que esto deje rendimiento para el tiempo y los gastos empleados, pero es sin embargo una prueba del poder tingente de antimonio, hierro y cobre] [La cementación es la operación más difícil de la Química] Si haces un butiro con el régulo antimonial de hierro y cobre arriba mencionado y con mercurio sublimado, y fijas este butiro en cenizas de estaño, y después copelas las cenizas de estaño, y finalmente disuelves la nueva sustancia con agua fuerte, obtendrás oro y plata finos. [Otra prueba del poder tingente del antimonio, hierro y cobre]…” 
 
Como refiere el autor, el rendimiento, para lo que implica de gastos en materiales, no conviene para vivir de esta clase de transmutaciones. Además de que solo funcionaría para la plata. Pero este proceso ya nos habla de la posibilidad, cosa que algunos niegan, incluso los propios autodenominados alquimistas.

En el libro de La vía Seca de la Alquimia, Desarrollo Práctico de la Obra, de Puche Riart y varios otros alquimistas analizaron la materia sublimada al microscopio y llegaron a algunas conclusiones muy interesantes, aunque no probaron la transmutación. Les dejo el enlace al libro: click aquí 

Estas son las imágenes:








Por lo demás, si  quieren abordar la vía seca de la alquimia, según Fulcanelli, no existe mejor referencia que aquel libro, fruto de un trabajo mancomunado, y los de Adam Kadmon, uno de los autores del libro, que amplió todavía más el alcance de la operatoria, y cuyo enlace es este mismo:  click aquí

Hace meses atrás existía una web de Internet que proponía una transmutación simple de verificar. El método consistía - tomé nota, por fortuna, porque la web ya no existe - en envolver una barra de plata con papel aluminio (30 capas) y luego ponerla dentro del horno ajustando a una temperatura de 303 °C. El calor debe ser constante con cierto flujo de aire en el reactor para mantenerlo por el lapso de 2 a 4 días.

Otro método que explicaban era con CO2 directo desde un difusor hacia una bolsa de té con bolas de plata. Este tardaba en transmutar 5 días. Los videos que enseñaban la operatoria desaparecieron también de Youtube.

Creo que es suficiente por el momento sobre estos particulares. 




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