La planta de la inmortalidad y donde se oculta




Los mitos antiguos, como los de Glauco de AntedĂłn, refieren que la inmortalidad (o eterna juventud) reside en cierta planta que los dioses ocultan a los hombres mortales. Solo en contadĂ­simas ocasiones, su merced permite que accedan a algunos mortales a dicha planta, alterando de esta forma el orden establecido entre mortales e inmortales, entre humanos y dioses, entre monos y ángeles. 

Glauco era un pescador que se volviĂł inmortal tras probar cierta planta misteriosa, y por tal motivo, como pescador, quedĂł como divinidad marina, aconsejando a los navegantes, cual Oráculo. 

Esquilo compuso el Glauco Marino, dando vida a este mito. De ahĂ­ salen las alusiones a su inmortalidad en virtud de cierta planta: «el que comiĂł lahierba que hace vivir por siempre (aeĂ­zo-s), que no deja morir (áphthitos)» 

Pero no es el Ăşnico mito. 

En el poema de Gilga-mesh encontramos de nuevo el asunto de la planta de la inmortalidad. Cuando muere el amigo de Gilgamesh este comprende que su destino es morir, toma conciencia de la muerte, y decide emprender una fatigosa bĂşsqueda de la inmortalidad. 

Al final, se topa con un inmortal que le revela a Gilgamesh la existencia de una planta extraordinaria que vive en las profundidades marinas. Nuestro hĂ©roe bucea en bĂşsqueda de esta planta y cuando la saca, mientras está descansando en el camino en una fuente de agua fresca, una serpiente sale atraĂ­da por el aroma de la plata y se apodera de ella. 

Pero lo que tienen en comĂşn estos mitos, es el “salto al mar”, donde se ocultarĂ­a la planta de la inmortalidad. Hoy podemos reconocer que existe un gran secreto oculto en el mar y del cual conviene recordar los trabajos de RenĂ© Quinton
 
Este francĂ©s, nacido en 1866 y fallecido en 1925 descubriĂł como viviendo cerca del mar sanaba de una tuberculosis, y entonces decidiĂł prestarle más atenciĂłn al asunto. 

Dedujo toda una serie de teorĂ­as sobre el agua de mar y nuestra constituciĂłn como seres humanos, donde el 70% de nosotros es agua. En 1904 publicĂł el libro “El agua de Mar, medio orgánico” donde expuso sus resultados al aplicar inyecciones de su plasma de quinton (preparado con agua de mar) mostrando el antes y despuĂ©s de los infantes tratados con el mismo. 
 


Y desde luego, si vemos las imágenes, nadie dudarĂ­a de probar un poco de este constituyente, porque, ¿quĂ© mal nos puede hacer tomar un poco de agua de mar, donde además del sodio hay un poco de todos los minerales que nos han dado la vida? 

AsĂ­ muchos lo creen y los testimonios se suman hoy dĂ­a compartidos en las redes sociales:




Ahora bien, las cĂ©lulas necesitan de una mezcla muy compleja, imposible casi de reproducir, de nutrientes y elementos de crecimiento claves para que funcionen. Esta es la explicaciĂłn del conocido como “lĂ­quido extracelular” que cubren los tejidos y cuyo objetivo es limpiar y renovarse constantemente al intercambiar sustancias con la sangre. 

Este lĂ­quido extracelular, conocido como “lĂ­quido intersticial” ocupa casi un 15% del peso de nuestro cuerpo. Si pesas 75 kilos tienes 11 litros de este compuesto. Un compuesto que es salino. Y esto es curioso, porque nos devuelve a la vieja teorĂ­a del Plasma de Quinton. 
 
El fisiĂłlogo francĂ©s Claude Bernard (siglo XIX) denominĂł Milieu IntĂ©rieur a ese entorno donde viven nuestras cĂ©lulas, ese lĂ­quido donde flotan. Y ha pensado, asĂ­ como muchos otros son de esta idea, de que ese lĂ­quido intersticial es un resabio de los tiempos primitivos cuando se formaron las cĂ©lulas en los mares de antaño. 
 
En palabras del Dr. Nuland (extraĂ­das de su libro Como morimos): 
 
“Es como si los prime “grupos de cĂ©lulas prehistĂłricas, cuando empezaron a formar organismos complejos en las profundidades marinas de las que obtenĂ­an su sustento, se hubieran llenado y rodeado de agua de mar para que Ă©sta las siguiera manteniendo”. 
 
Ahora bien, los tumores, el cáncer precisamente, se alimentan de los nutrientes y elementos que existen en el lĂ­quido extracelular. ¿QuĂ© sucederĂ­a de renovarse como planteaba Quinton?. Sea como sea, los mitos, las investigaciones, los estudios mĂ©dicos, nos avalan la idea de que el ocĂ©ano es un lugar donde puede estar escondida la Ambrosia 

¿Y quĂ© mejor lugar entonces para buscar nuestro anhelado Elixir de inmortalidad?.

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