
Existen infinidad de recetas en los textos antiguos. Algunas de las cuales he ofrecido en mis libros. Existe una muy mencionada por Rubellus Petrinus, usando éter y ácidos. La idea es disolver en Agua Regia oro puro y luego al líquido dorado añadirle éter.
El éter absorberá el oro y se volverá verde, luego rojizo. Se extrae este éter color rojizo con una jeringa y luego se destila hasta que queda espeso. Una vez en este estado, se lo disuelve en espíritu de vino.
El proceso lo pueden encontrar desarrollado de manera inmejorable en este video por el alquimista experto y maestro Steve Kalec.
Sin embargo, existe otro proceso que me parece más atractivo, porque no utiliza ácidos. Es el proceso que describe en su tratado de Medicina el yatroquimico Agricola.
Consiste en fundir con cuernos de ciervo un poco de oro. Quedará color ladrillo, tirando a marrón. Sobre esta operación dice Agrícola:
A esta calcinación no se le añade sal, ni mercurio ni azufre, y aunque se dice que la sal volátil de astas de ciervo (carbonato de amoniaco) calcina el oro, es cierto pero no es un corrosivo dañino. Por sí mismo, es un maravilloso medicamento para eliminar venenos, que se puede introducir en el cuerpo sin causar daño ni daño.
Una vez en este estado, se disuelve en un menstruo donde está todo el secreto. Este menstruo se confecciona con espíritu de orina.
El proceso para producirlo es destilar tres veces orina putrefacta, hasta que la sal trepa en el balón.
Una vez hecho, se añade espíritu de vino rectificado al 100%. Se formará un agua blanca, lechosa, de esta consistencia:
Tras pasar el tiempo apropiado de digestión, quedará un líquido transparente, muy cristalino, que se destila y se conserva en un frasco cerrado:
Este líquido se echa en el oro como calx, y enseguida, en pocos minutos, extraerá su tintura color ámbar. Se recolecta con una pipeta y se echa más menstruo urinoso. Y así hasta que no extraiga más nada y no se tiña de ámbar.
Una vez extraído todo, se destila el menstruo urinoso hasta que de nuevo la sal trepa por el balón. Lo que queda es el líquido ámbar sin sal de amón. Se le echa más espíritu de vino, se deja en digestión, y de nuevo se destila hasta espesarlo.
Yo usé poco oro y por eso la cantidad exigua. Pero estoy perfeccionando un método donde el oro no entra en la elaboración de una tintura igual o más poderosa, que este Oro Potable.
Por supuesto, con este artículo no estoy pretendiendo que se fabriquen este líquido para beberlo, eso corre por vuestra cuenta y riesgo. Solo informo y reproduzco un proceso que está explicado con mayor detalle en el libro Medicina y Alquimia de Von Bernus o en el tratado de Agrícola Medicina Química.
Tampoco hay que olvidar que este proceso es un proceso particular, no universal, como debería ser el auténtico oro potable de los filósofos. En el universal, no entra un gramo de oro vulgar. Agrícola sabía identificar uno de otro, por eso dice:
Porque el agua de los filósofos es también su oro, que se disuelve y coagula.
Este agua es la única sustancia del planeta que es capaz de pudrir el oro, pero ya de por si, es un Elixir. Concluyo con estas palabras de Agrícola:
Porque el oro es agua y, sin embargo, no lo es, pero se puede convertir fácilmente en agua si el Artista lo desea. Muchos hombres podrían pensar que estas son nociones extrañas, a saber, que el oro de los filósofos es simultáneamente su menstruo, agua solvente y Mercurio, y sin embargo es la pura verdad.(..)
Pero los filósofos mantienen muy en secreto dónde se puede encontrar esta agua.(..)
Cada uno puede reflexionar sobre lo que puede ser esta agua extraña. Baste decir dónde se puede encontrar esta agua y qué cualidades tiene. Y añadiré algo que hay que anotar cuidadosamente sobre esta agua y por lo que puede ser reconocida: se enciende y se quema, quemando simultáneamente el oro. Este bien puede ser el medio ardiente por el cual Moisés quemó el becerro de oro hasta convertirlo en cenizas y dio de beber a los hijos de Israel en esa agua. Si no puede encontrar esta agua que se quema y se convierte en cenizas rojas, seguramente creerá que no logrará nada en este secreto. Es oro y al mismo tiempo agua y fuego. Hace calor y frío, como la fuente Hammonius de Jove, húmedo y seco, moja y vuelve a secarse.
¿No les recuerda al auténtico Spiritus Mundi?. Les dejo a que lo mediten. Y añado esta experiencia de Agrícola escrita en su tratado oportunamente citado.
Debo contar que recientemente vi un poco de agua clara en casa de un amigo. Transformó el oro limado, no disuelto en Aqua Regis, en un líquido rojo sangre a través de una buena digestión. Después de que estuvo en digestión durante un mes, el agua desapareció y el oro subió en el vaso como si una pasta fermentada estuviera subiendo, lo cual fue un placer de ver. Cuando se le dio un fuego más fuerte después, se calmó de nuevo, y el vidrio parecía como si se hubiera depositado una hoja de oro en él. Ya no se levantó nada. Estaba fijo y estable. Mi amiga abrió el vaso y lo pesó, había aumentado de peso debido al menstruo. Vertió un poco más de agua sobre él y lo dejó, cerrado, en digestión. El oro volvió a unirse con él y era tan rojo como la sangre y bastante incombustible. Cuando lo sacaron, tomé dos granos y los puse en una copa de vino tibio. Se disolvió muy rápidamente y tiñó el vino de rojo sangre, lo cual fue increíble de ver. El vino se volvió algo dulce. Soy de la opinión de que si alguna vez se preparó una tintura adecuada con oro, fue esta.
Puedo decir sinceramente que durante mi vida he visto mucho sobre la preparación de oro potable, y también he experimentado tanto yo mismo como cualquier hombre de mi edad, pero nada más hermoso me ha llamado la atención. No se podía notar ninguna sospecha de ningún corrosivo en el menstruo, pero tenía un sabor bastante agradable, casi como el vino a punto de volverse algo "duro". El oro se derrite en él como la mantequilla cerca del fuego o al sol. Tampoco dejó tierra blanca en la solución, como suelen hacer las soluciones para el magisterio. Era un líquido rojo espeso y finalmente un polvo, al principio rojo pardusco, rojo sangre. Pero si pudo hacer algo en la transmutación de metales, no puedo decirlo, porque no lo he probado ni lo he visto probar. Mi amigo sólo me dio un poco, que luego utilicé para los enfermos, para mi gran asombro, porque era especialmente eficaz en enfermedades extremadamente graves y peligrosas."
Pero qué tipo de agua era y en qué consistía, el practicante no me dijo en ese momento. Sin embargo, puedo creer fácilmente que debe estar hecho de una sustancia muy parecida al oro. He concluido que sí, porque cuando puse una gota de esta agua en una cuchara de plata, pronto resultó en una tintura dorada, cientos de veces más hermosa que el rubedo (enrojecimiento) o azufre del antimonio. Aunque este último también se tiñe de plata, no es del todo puro sino de color amarillo negruzco. Este, sin embargo, era tan puro como si un orfebre lo hubiera dorado y, sin embargo, el agua era tan clara y blanca como el cristal.
Entonces, si alguien supiera su prima materia, yo creía, no estaría lejos del Menstruo Universal, ya que disuelve el oro sin violencia. Esta es una característica de un verdadero menstruo filosófico, como lo atestiguan Sendivogius y otros, porque lo semejante se asocia con lo semejante. Aunque por lo demás era mi gran amigo, no pude persuadirlo de que me confiara la composición de esta agua. Cuando le preguntaba al respecto, siempre me respondía que ya había visto bastante, y que si abría un poco los ojos de la inteligencia, seguramente la encontraría y sabría qué cualidades tiene. Me mostrarían si tenía razón o no. Si hubiera sido inteligente, secretamente habría hecho una proyección para probar si esta tintura también era efectiva para teñir metales. Entonces habría estado seguro de que este era el verdadero Menstruo y Mercurio filosófico. Pero se dice: Cogitationes posteriores sapientiores, o Dios no quiso que yo lo supiera todavía pero quiere ser implorado alguna vez por ello. Parece como si fuera algo mezquino pero en verdad es el mayor secreto de toda la Naturaleza."
Si piensan en el espíritu de sal o semejante, se adelante a declarar Agrícola estas palabras:
"Aparte de esta agua única, no se puede encontrar nada que pueda lograr esto, no importa cómo se llame, ya sea espíritu de sal o vino, no lo hace.
Ergo: solo puede provenir de la materia universal por excelencia. Quedará en el lector saber cuál es.
Para cerrar, un video del investigador Sebastián Jarré, sobre el asunto del oro y sus preparados:
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