Se trata de una cepa del Staphylococcus aureus, la SARMA, una bacteria que se ha vuelto inmune a varios antibiĂłticos modernos como la penicilina o la meticilina. Esta bacteria produce infecciones cutáneas que forman abcesos y llagas. Aunque no es letal, si puede ocasionar heridas profundas que a posterior podrĂan infectarse.
Pues bien, en la Universidad de Nottingham encontraron una medicina para matar a esta superbacteria: nada menos que una milenaria receta espagirista de un tratado incunable del siglo XVII. La receta aparece en el tratado titulado Bald’s Leechbook que se conserva en la Biblioteca Británica de Londres.
Y reza asĂ:
…
Toma puerro y ajo a partes iguales y machácalos hasta que queden bien mezclados. Añade vino y bilis de buey a la mezcla. Deja reposar nueve dĂas en un cuenco de latĂłn…
Suena a receta espagirica, lo sé. Pero parece que el equipo de investigación de la Universidad de Nottingham lo probó: y con buen tino.
Los investigadores probaron el ungĂĽento al que describieron como “una mucosidad de aspecto y olor repugnantes” contra aquella superbacteria.
El resultado no se hizo esperar. Transcurridos los nueve dĂas del preparado, comprobaron que todas las bacterias del suelo que habĂan sido introducidas accidentalmente por el puerro y el ajo estaban muertas.
“Fue autoesterilizante”, dijo uno de los expertos. “Ese fue el primer indicio de que esta loca idea podrĂa tener algĂşn uso”
Y en efecto. La probaron. Y su efectividad fue igual a la vancomicina, uno de los pocos remedios actuales que funcionan contra la SARM.
Hay algo que aclarar: no era la primera vez que se probaba aquella receta. Sin embargo, antes no habĂa funcionado.
Parece ser que es clave seguir las instrucciones al pie de la letra, especialmente cuando dice que hay que madurar en latĂłn durante nueve dĂas. Lo mismo, no se puede ir a tomar un ajo y puerro cualquiera. Deben ser orgánicos. Lo mismo, el vino introducido.
Ahora están devanándose la cabeza intentando explicarse como aquellos ingredientes sin propiedades antibacterianas logran al unirse convertirse en un remedio tan eficaz. ¿CĂłmo es que el antiguo asimilĂł ese conocimiento y logrĂł aquel prodigio?
Quizá porque era más paciente; entendĂa mejor a la naturaleza. No la apresuraba, la estudiaba y la dejaba actuar.
No por nada nuestros abuelos solĂan decir – al menos mi abuela – que el ajo es el mayor antibiotico natural.
Por eso, las viejitas longevas españolas hieden a ello: es fuente de sus desayunos. Yo mismo decidĂ utilizarlo para mejorar la funciĂłn sanguĂnea.
AJO CONTRA EL COVID19.
Se dijeron miles de recetas contra el covid19, desde los tĂ©s con limĂłn, miel y aspirina, hasta la ivermectina, pasando por el peligroso y tĂłxico DiĂłxido de Cloro. Pero este estudio no lo esgrime un youtuber ni un aficionado a las ciencias esotĂ©ricas, sino un estudio cientĂfico serio y comprobable en el enlace:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7123907/
Básicamente plantea la eficacia del aceite de ajo contra la moderna cepa de Coronavirus. No digo funcione, no soy quien para decirlo, eso usted mismo en su propia experiencia podrá saberlo. Pero un hecho particularmente interesante es que en la gran epidemia de SarampiĂłn, los inmigrantes italianos que consumĂan altas dosis de ajo eran inmunes...¿por quĂ© será?.
AquĂ una traducciĂłn de las conclusiones:
Se identificaron dieciocho sustancias activas, incluidos 17 compuestos organosulfurados que se encuentran en el aceite esencial de ajo (T), mediante análisis GC-MS. Por primera vez, utilizando la tĂ©cnica de acoplamiento molecular, informamos el efecto inhibidor de los compuestos considerados sobre la proteĂna de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) del receptor del huĂ©sped en el cuerpo humano que conduce a una base crucial sobre la resistencia al coronavirus de compuestos individuales en la proteĂna proteasa principal (PDB6LU7) del SARS-CoV-2. Los resultados muestran que los 17 compuestos orgánicos de azufre, que representan el 99,4% del contenido del aceite esencial de ajo, tienen fuertes interacciones con los aminoácidos de la proteĂna ACE2 y la proteasa principal PDB6LU7 del SARS-CoV-2. La actividad anticoronavirus más fuerte se expresa en disulfuro de alilo y trisulfuro de alilo, que representan el mayor contenido en aceite esencial de ajo (51,3%). Curiosamente, los resultados del acoplamiento indican las interacciones sinĂ©rgicas de las 17 sustancias, que exhiben una buena inhibiciĂłn de las proteĂnas ACE2 y PDB6LU7. Los resultados sugieren que el aceite esencial de ajo es una valiosa fuente antivirus natural, que contribuye a prevenir la invasiĂłn del coronavirus en el cuerpo humano.
Creo que esta informaciĂłn merecerĂa añadirse al hallazgo de la fĂłrmula contra la superbacteria, quizá nos permita entender su eficacia, y más si lo asociamos con el aceite de azufre vivo de Starkey o Van Helmont (el mismo que Van Helmont le dio a un viejito y lo hizo longevo)
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